Juraron sobre el Libro Negro, empeñando en ello su honor, que las aceitunas estaban deshuesadas. Pero Mamá Mollitas, ay, mordió en hueso. Con tal rabia primigenia que temblaron los cimientos del Estado.
Atardece. Paseo con mi madre de la mano: por el Camino de San Antonio hasta...
María José va de camino a Penyagolosa porque allí conocerá a Dios. Al de verdad,...
La gente del armario sale por la noche cuando estás dormido. Les gusta mirarte y...
Campos de naranjos, sapos, ranas, balsas de riego, bicicletas, acequias, sanguijuelas —nunca las vi—, lagartijas,...