Domicilio Pipiolo ha conseguido lo que nadie ningún jamás con talco y eléctric: ha duplicado ventajas, clausurado escombreras y ventilado anatemas. Sin ruido, sirviéndose de tildes garzonas y damajuanas de belladona. Como es debido y satisface a sú. Y ahora anuncia su retirada en letras de carne y tripas de pan ázimo. Los avisados lo saben y acuden a casa del marmolista con cuchillo cachicuerno. Se quitan la ropa poco a poco. Tanto que hasta mañana a la hora del mambo matina no tendremos visión celeste. Recordad que en El Carrusel existe la esperanza del Renacimiento; que si un ciudadano ha obedecido las leyes se reencarnará en un clon que le sustituye. No así si no lo hace: desaparecerá para siempre. Así que los derrelictos nos dejamos ir. Y mientras nos arrastra la corriente se nos hace hora de casi nada, de bicarbonato y tripita mala, de sentimiento mulé.Decidle algo a estos de nuestra parte o nuestras lágrimas no nos dejarán ver las estrellas. Ni el bosque los árboles. Ni la punta el iceberg. Y sería una lástima y un crimen contra pancita inerte. Gracias.
