Tres de las cuatro esquinitas que tiene mi cama en paz. En la cuarta, al lado de mi pie izquierdo, el ojo vigilante de un resto humano me observa sin pestañear. Me está dando un poquito de miedo.
Atardece. Paseo con mi madre de la mano: por el Camino de San Antonio hasta...
María José va de camino a Penyagolosa porque allí conocerá a Dios. Al de verdad,...
La gente del armario sale por la noche cuando estás dormido. Les gusta mirarte y...
Campos de naranjos, sapos, ranas, balsas de riego, bicicletas, acequias, sanguijuelas —nunca las vi—, lagartijas,...